El aumento de la popularidad del formato de anuncio shoppable representa una visión crítica de la evolución del comportamiento comercial. El análisis de los datos de rendimiento agregados de iProspect Meta indica que los formatos shoppable son un 34% más eficaces para impulsar las conversiones de ventas en el mismo día que otros tipos de anuncios, lo que explica el aumento del 156% de la inversión de los clientes en estos formatos desde 2020.
La generación Z y los millennials, que suelen ser los primeros en adoptar nuevas experiencias, están acelerando esta tendencia, ya que la mitad ha comprado algo a través de un formato de anuncio shoppable, frente a solo el 38 % de todos los adultos. Sin embargo, lo que resulta más fascinante de este nuevo formato publicitario es el comportamiento que representa.
El objetivo final de cualquier campaña de venta al por menor está evolucionando de un comportamiento activo de sentarse hacia delante a uno pasivo de sentarse hacia atrás. Ya no es necesario dedicar tiempo a la transacción. La tecnología ha derribado todas las barreras; llevamos nuestra identificación, nuestros medios de pago y nuestra información de entrega con nosotros en todos los entornos digitales y cuando una marca incorpora un producto en nuestra experiencia, basta un clic para conectarlo todo y enviar un paquete a toda velocidad hacia nuestra puerta.
No debemos subestimar la importancia de este cambio. Desde los albores de la era digital, la búsqueda ha dominado el final del viaje; la demanda generada a partir de las comunicaciones de las marcas culminaba con el movimiento final del consumidor para venir a buscar el producto que quería. Ahora la expectativa está cambiando y los consumidores más jóvenes esperan que los productos vengan a ellos.
No es sólo en el momento de la conversión donde estamos viendo surgir nuevos comportamientos. Pasar la marca de la ling list a la shortlist siempre ha requerido un toque hábil. El camino hacia la consideración siempre se encuentra en la frecuencia, reforzando los mensajes a través de comunicaciones publicitarias repetidas en múltiples entornos.
Hoy en día, la consideración puede construirse de forma instantánea, pero a través de medios diferentes. El 63% de los jóvenes de 18 a 34 años confía en lo que dice un influencer sobre una marca más que en un anuncio, mientras que las recomendaciones de los creadores siguen siendo la fuente más valorada de contenido de marca en las plataformas sociales5 , lo que hace que la generación Z pase 13 veces más tiempo con los vídeos de los creadores que con los de las marcas.