Mientras los consumidores ahora se benefician de una gran cantidad de opciones, los bancos deben reinventarse para seguir siendo relevantes. La fluidez tecnológica, las eficiencias operativas y la capacidad de adaptación rápida a las cambiantes regulaciones son pilares obvios para el desempeño actual, pero en una industria donde la confianza y la experiencia del cliente son el alfa y el omega, la verdadera comprensión de las expectativas de los consumidores es más que nunca la verdadera piedra angular del éxito.
Los consumidores en América Latina ¿están dispuestos a compartir sus datos? ¿Están listos para abrazar a los robo-asesores? ¿Quieren probar servicios financieros de los gigantes tecnológicos, y por qué? Estas preguntas son cada vez más importantes para los bancos y la forma en cómo aborden tendrá un impacto en el desarrollo futuro del comercio electrónico y de las incursiones financieras en la región.